¡ No estoy yo aquí ! que soy tu madre...

Han pasado 488 años desde la conquista de México, curiosamente 10 años después apareció la Virgen de Guadalupe, que durante todos esos años hasta la actualidad ha influenciado en los mexicanos notablemente y hoy su imagen se observa por todo México.

Según la historia, al aparecerse a Juan Diego, la Virgen le habló en lengua náhuatl y se identificó como "Coatlallope" que etimológicamente significa "coatl = serpiente" y "lope = aplastar" (la que aplasta a la serpiente) y que si se pronuncian suena similar a Guadalupe y por esa razón se le nombró "Virgen de Guadalupe"

Algunos creen que la Virgen representa el comienzo del sexto sol (nueva era espiritual en la que emerge un nuevo maestro, que antiguamente se definía a si mismo como la encarnación de Quetzalcóatl (serpiente emplumada; "coatl = serpiente" y "quetzal = ave de bello plumaje") pero recordemos lo que "Coatlallope" significa; así que simbólicamente con la aparición de la virgen, se sustituye la creencia en el ser supremos Quetzalcóatl. Para otros, el sexto sol comienza con la finalización del calendario Maya en el año 2012. 

La apariencia física de la Virgen de Guadalupe representa a la raza mestiza, símbolo de la unión entre dos razas diferentes y cuya imagen fue utilizada 279 años más tarde como escudo y bandera encabezando el comienzo de la lucha por la independencia de México. Incluso el primer presidente de México cambió su nombre al de Guadalupe Victoria en honor a la Virgen de Guadalupe y al triunfo.

Al frente de la Basílica se observa escrito "¿...No estoy yo aquí que soy tu madre...?", palabras que recuerdan a los fieles que ella está ahí para ellos, para escucharlos y apoyarlos en los momentos difíciles. Con esperanza acuden, depositan su fe en ella, le ofrecen oraciones, sacrificios y ofrendas como la danza prehispánica (muestra del sincretismo) a cambio de su ayuda, así como también para agradecerle todo lo que han recibido. 

 Pero… ¿esta ella aquí? yo veo a un pueblo abandonado, y por lo que pude ver en la Basílica, la miseria del pueblo mexicano es grande y me entristece ver a las personas durmiendo y comiendo sobre basura; el piso lleno de botellas con pipi, mechones de cabello humano, huesos de animales, comida pisoteada y un muy mal olor, tan solo una pequeña muestra del estilo de vida en México debido a la pobreza y a la falta de oportunidades. Mucha gente le ofrece sacrificios a la virgen en los que SUFREN, caminan de rodillas hacia la imagen de la virgen hasta que sus rodillas se llenan de sangre... y supongo que a la virgen le gusta el sufrimiento de las personas (sarcasmo).

No quiero cuestionar la fe o la existencia de la Virgen, pero sí la forma en la que los fieles viven esa fe. Respetando sus creencias pero previniéndolos del abuso y mentiras de aquellos que manejan la iglesia, que manipulan al pueblo a su antojo y lo mantienen ignorante, dócil y sometido por un sentimiento de culpabilidad (la conciencia o el infierno).

¿Encomendarnos a la Virgen nos salvará de la terrible situación que vive el país? No lo creo, estoy de acuerdo en la fe, devoción hacia la Virgen, y en la alegría que su imagen trae a las personas, pero México debe despertar, abrir los ojos y darse cuenta que ELLA NO RESOLVERÁ NUESTROS PROBLEMAS; somos nosotros quienes debemos reaccionar, trabajar y luchar para que el país salga adelante.

La Virgen de Guadalupe une a los mexicanos más que ninguna otra imagen, ojalá los mexicanos reaccionen, logren CREER EN SÍ  MISMOS y luchen unidos por un México mejor, con oportunidades y donde las personas puedan vivir dignamente y sin sufrimiento.

¡Caminemos hacia una nueva Luz!